EL PASAJE: Nehemías 2:11-16
EL PUNTO: Un líder siempre hace lo que sea necesario.
Cuando jugaba baloncesto, me sorprendían esos jugadores que, sin tener grandes habilidades para el juego, eran atrevidos y determinados. Independientemente de su talento, ellos hacían bien las cosas pequeñas, empujaban el juego. Solíamos decir: “Oye, ese tipo no es tan bueno en el baloncesto, pero trabaja duro y aporta mucho al juego.” Sin duda, era un cumplido que dábamos aL jugador, que sin ser una estrella del baloncesto, hacía la diferencia en la cancha de juego.
Nehemías estaba determinado. Dios había puesto en su corazón el reedificar los muros de Jerusalén. Él estaba haciendo lo que cualquier persona normal puede hacer. Aunque no era un jugador estrella, él hacía las pequeñas cosas muy bien y trabajaba duro, sin importar sus habilidades. En Nehemías
2:11-16, vemos que antes de que Nehemías fuera al PUEBLO en Jerusalén, él fue al PROBLEMA. Antes de declarar el plan, él descubrió los detalles.
El talento no es suficiente para sobrevivir. Dios nos ha dotado a cada uno de nosotros, con dones, habilidades y talentos. Ahora nos toca a nosotros ser atrevidos, determinados
para usar esos recursos que poseemos.
Nehemías no llegó a Jerusalén y comenzó a decirles a todos que iba a reconstruir el muro; si no que calladamente, salió a evaluar la situación, a reconocer la realidad que enfrentaba. Aunque Nehemías demostró gran carisma y pasión, fue en el cuidado de los detalles donde se formó su liderazgo.
Cuando Dios te llama a algo, tal vez en lugar de decírselo a todos, deberías arrodillarte en oración. Luego, comenzar a actuar, comenzar a apurarte a actuar antes de hablar. Si Dios te está llamando para que alcances a tus vecinos, dedica tiempo para buscarlos. Toma tiempo para conocer sus problemas. ¿Hay algún dolor en su vida por el cual puedas darle esperanza, curación o ayuda? Si Dios te está llamando a dar más dinero al Reino, ¡comienza a apurarte! Determina dónde puedes dejar de gastar para avanzar el reino. ¿Dónde puedes hacer sacrificios para difundir el evangelio? La iglesia debería tener los jugadores más determinados, más atrevidos en el juego de la vida. No tenemos nada que perder y mucho por lo que luchar. Ahora, basta de tanto hablar; comencemos a planificar.