EL PASAJE: Nehemías 1:6-10
EL PUNTO: No es un error.
Este mundo está lleno de “errores”. Confundimos cada mala decisión o problema con un error. Fue un error que no puse gasolina en el auto. Fue un error que comiera Taco Bell. Fue un error mentirle a mi cónyuge sobre lo que estaba haciendo. Todos fueron errores, y nuestras vidas están llenas de ellos. Creo que estamos mucho más cómodos con la palabra “error” que con la palabra “pecado” porque es una palabra amenazadora. El pecado insinúa que merecemos un castigo, y no nos gusta eso.
Nehemías usó en su oración, un lenguaje fuerte del que solemos huir. Frases como “Hemos actuado con maldad hacia ti” y “No hemos obedecido tus mandamientos” (Neh. 1: 6-7, NVI). Él no lo atribuyó todo a un error. El llamó al pecado, pecado. Se arrepintió por los pecados del pueblo de Dios y por sus propios pecados. Todo no era culpa suya; pero era su responsabilidad.
Somos personas con problemas mucho mayores en nuestros corazones y en nuestras acciones de lo que podemos ver. El pecado es un problema real en todos nosotros. La verdad es que sí merecemos el castigo, pero Dios no nos deja allí.